Por un buen guión cinematográfico de Paul Haggis una buena película. Por la dirección y participación de Clint Eastwood junto a Morgan Freeman y Hilary Swank empacho de “Oscars”. Por “Million Dollar Baby” la actualidad del boxeo, pero sobre todo de F.X. Toole.
Del boxeo se acuerda poca gente, y además si puede para denostarlo. De su magia pocos se sienten atraídos. Por su violencia física, se confunden los términos. “El boxeo es un juego de medios pasos y milímetros” (F.X. Toole) Uno se desorienta cuando al final descubre que el buen púgil puede asemejarse más a un delicado bailarín que a un carnicero. O sea.
Por un cuento publicado en una revista literaria de San Francisco la oferta de un agente de Nueva York. Por ese acto lúcido, la editorial Ecco Press (HarperCollins) nos descubre a un escritor: Jerry Boyd -el nombre original de F.X. Toole-. Por esa oportunidad postrera de la vida, en el año 2000 aparece "Rope Burns: Stories From the Corner". Y se hizo la literatura. Un volumen con una novela (Million Dollar Baby) y cinco relatos.
Del éxito de la película nada de nada para Jerry Boyd. Falleció en el año 2002. Su gloria fue lo diario, siendo lustrador de botas, barman, camionero, pero sobre todo entrenador de boxeo. De sus fuertes convicciones religiosas, aprendió una forma de entender la vida. De su vida, su pluma. De su pluma, las magníficas páginas de su vida. De su afición postrera, su recompensa íntima. De esos “medios pasos” literarios, un autor de obligada lectura.
Por la coincidencia con otra película española, la actualidad del tema de la eutanasia. Por una estudiada campaña de marketing mucho”dinero adentro”, y un vacío. Por una vida con aspiraciones de plenitud, una gran diferencia de tratamiento y profundidad del tema. Por una muerte no deseada, un final de novela: “Con sus zapatos en la mano, pero sin su alma, bajó en silencio la escalera de atrás y se marchó, con los ojos tan secos como una hoja agostada”.
De su obligada lectura, un descubrimiento: el amor a lo español. De su admiración a lo hispano surge el conocimiento y respeto por Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Manolete y Pedro Romero; San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús y por supuesto, Unamuno, que tiene bellas páginas sobre los boxeadores. De sus preferencias, una inteligencia preclara: toreros, conquistadores y santos. Así uno entiende que rezara uno de sus personajes del relato “Combate en Filadelfia” por Ernest Hemingway. Pues claro, también lo había podido hacer por Antonio Soler.
“Million Dollar Baby” tiene alma española y nosotros sin saberlo.
Del boxeo se acuerda poca gente, y además si puede para denostarlo. De su magia pocos se sienten atraídos. Por su violencia física, se confunden los términos. “El boxeo es un juego de medios pasos y milímetros” (F.X. Toole) Uno se desorienta cuando al final descubre que el buen púgil puede asemejarse más a un delicado bailarín que a un carnicero. O sea.
Por un cuento publicado en una revista literaria de San Francisco la oferta de un agente de Nueva York. Por ese acto lúcido, la editorial Ecco Press (HarperCollins) nos descubre a un escritor: Jerry Boyd -el nombre original de F.X. Toole-. Por esa oportunidad postrera de la vida, en el año 2000 aparece "Rope Burns: Stories From the Corner". Y se hizo la literatura. Un volumen con una novela (Million Dollar Baby) y cinco relatos.
Del éxito de la película nada de nada para Jerry Boyd. Falleció en el año 2002. Su gloria fue lo diario, siendo lustrador de botas, barman, camionero, pero sobre todo entrenador de boxeo. De sus fuertes convicciones religiosas, aprendió una forma de entender la vida. De su vida, su pluma. De su pluma, las magníficas páginas de su vida. De su afición postrera, su recompensa íntima. De esos “medios pasos” literarios, un autor de obligada lectura.
Por la coincidencia con otra película española, la actualidad del tema de la eutanasia. Por una estudiada campaña de marketing mucho”dinero adentro”, y un vacío. Por una vida con aspiraciones de plenitud, una gran diferencia de tratamiento y profundidad del tema. Por una muerte no deseada, un final de novela: “Con sus zapatos en la mano, pero sin su alma, bajó en silencio la escalera de atrás y se marchó, con los ojos tan secos como una hoja agostada”.
De su obligada lectura, un descubrimiento: el amor a lo español. De su admiración a lo hispano surge el conocimiento y respeto por Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Manolete y Pedro Romero; San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús y por supuesto, Unamuno, que tiene bellas páginas sobre los boxeadores. De sus preferencias, una inteligencia preclara: toreros, conquistadores y santos. Así uno entiende que rezara uno de sus personajes del relato “Combate en Filadelfia” por Ernest Hemingway. Pues claro, también lo había podido hacer por Antonio Soler.
“Million Dollar Baby” tiene alma española y nosotros sin saberlo.
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