Por Sydney Pollack una bella película: “Memorias de Africa”. Por una película un personaje hallado: Karen Blixen. Por Meryl Streep una atracción por el personaje hallado.
De su vida en África Karen Blixen coleccionó recuerdos. De esos recuerdos surgió su afición a escribir. De sus libros surgió una escritora. De una escritora surgió una nueva vida.
Por un marido enfermo e infiel en África: la sífilis. Por la infidelidad de su marido: su divorcio. Por su divorcio: nuevos afanes y nuevos amigos. Por sus nuevos amigos: cuentos. Por sus cuentos: safaris en compañía. Por sus safaris en compañía: un amante, Denys Finch-Hatton. Por Robert Reford idealizamos a Denys Finch-Hatton. Por idealizar al amante cometimos una equivocación. Por esta equivocación creímos que el amante sólo tenía una amada. Por saber que no era la única amada: un desengaño. Por la muerte trágica y precoz del amante: una decadencia africana acelerada.
De una decadencia africana acelerada: un regreso deseado a casa, Rungstedlund (Dinamarca). De ese regreso: un encuentro feliz con la familia. De ese encuentro feliz: una vida plena en una casa maravillosa. De la vida en una casa y ciudad maravillosas: el encuentro con el oficio de contar historias. De sus primeros cuentos orales en África: sus primeros cuentos escritos en Dinamarca.
Por el mal ojo de los editores daneses: sus originales a Estados Unidos. Por su dominio del inglés: su aventura de escribir en ese idioma. Por unos mejores editores americanos: su primer libro publicado “Seven Gothics Tales”. Por su éxito en todo el mundo: recuerda de nuevo su vida en África. Por sus recuerdos africanos: escribe “Memorias de Africa”.
De su libro Memorias de Africa: una preciosa película. De sus ingresos millonarios: la actualidad de la escritora. De la nueva presencia en escena de la fallecida escritora: la rehabilitación de su casa. De la rehabilitación de su casa: el nacimiento de un museo.
Por un museo: mi visita a Rungstedlund. Por mi visita: un recuerdo. Por un recuerdo: un artículo. O sea.
De su vida en África Karen Blixen coleccionó recuerdos. De esos recuerdos surgió su afición a escribir. De sus libros surgió una escritora. De una escritora surgió una nueva vida.
Por un marido enfermo e infiel en África: la sífilis. Por la infidelidad de su marido: su divorcio. Por su divorcio: nuevos afanes y nuevos amigos. Por sus nuevos amigos: cuentos. Por sus cuentos: safaris en compañía. Por sus safaris en compañía: un amante, Denys Finch-Hatton. Por Robert Reford idealizamos a Denys Finch-Hatton. Por idealizar al amante cometimos una equivocación. Por esta equivocación creímos que el amante sólo tenía una amada. Por saber que no era la única amada: un desengaño. Por la muerte trágica y precoz del amante: una decadencia africana acelerada.
De una decadencia africana acelerada: un regreso deseado a casa, Rungstedlund (Dinamarca). De ese regreso: un encuentro feliz con la familia. De ese encuentro feliz: una vida plena en una casa maravillosa. De la vida en una casa y ciudad maravillosas: el encuentro con el oficio de contar historias. De sus primeros cuentos orales en África: sus primeros cuentos escritos en Dinamarca.
Por el mal ojo de los editores daneses: sus originales a Estados Unidos. Por su dominio del inglés: su aventura de escribir en ese idioma. Por unos mejores editores americanos: su primer libro publicado “Seven Gothics Tales”. Por su éxito en todo el mundo: recuerda de nuevo su vida en África. Por sus recuerdos africanos: escribe “Memorias de Africa”.
De su libro Memorias de Africa: una preciosa película. De sus ingresos millonarios: la actualidad de la escritora. De la nueva presencia en escena de la fallecida escritora: la rehabilitación de su casa. De la rehabilitación de su casa: el nacimiento de un museo.
Por un museo: mi visita a Rungstedlund. Por mi visita: un recuerdo. Por un recuerdo: un artículo. O sea.
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