Sunday, November 06, 2005

De sandalias y sombreros


Dinamarca es un país maravilloso. He vivido entre daneses más de un mes. Da para un libro, me entienden. A lo mejor para después del verano. Mientras, algún artículo jocoso. Interesa mantener fresco el recuerdo.
Mi niñez fue feliz. Incluso cuando calzaba mis famosas zapatillas de deporte azules “La Tortola”. La historia ha cometido una injusticia con ellas. No tienen entrada en ninguna enciclopedia. No sé si en “Cuéntame como pasó”. El que calzaba “las tórtolas” mostraba sus señas de identidad. Familia media-baja, pero con la cabeza alta, con orgullo. Mis amigos que poseían un par de “Paredes”, familia media con visos de llegar a alta. O también podía ser, familia mal administrada.
Pues eso, recuerdo a “mis tórtolas” con cariño. Al mismo nivel de estudio de la tipología familiar estaba el uso de las sandalias. Podían ser modelo “samaritano” o con algún toque de distinción que mostrara al observador que su familia despegaba. Nunca me gustaron las sandalias. No sé el porqué. A mi hijo Alejandro de un año tampoco. He llegado a pensar incluso en algo genético.
Pues toma tres tazas. En Dinamarca uno puede reconocer a los foráneos porque no llevan sandalias. En todos los lugares y épocas del año, el danés es fiel a sus sandalias. Horror.
Un día de mi estancia en Kolding no soportaba más esta tortura. Difícil decisión para mí: o me compraba unas sandalias o me iba de Dinamarca. Dos opciones a cual peor. ¡Qué difícil es enfrentarse a este tipo de dilemas!
A grandes males grandes soluciones. Decidí ir a Trapholt. Es el museo de arte contemporáneo de la ciudad. Quería ver la colección de Franciska Clausen. Pensé que en ese entorno podría tomar mejor mi decisión. Al final siempre le quedan a uno los museos.
¡Oh sorpresa! Encontré la siguiente exposición “When Philip Met Isabella”. Sombreros, 26 sombreros de un inglés. Philip Treacy es el más importante estilista de sombreros de Inglaterra. Después de estudiar en el Nacional Collage of Art and Design y en la Royal Collage of Art de Londres, se marchó a París. Allí conoció a Kart Lagerfeld, el gigante de la moda. Claro, después decidió dedicarse de por vida a los sombreros. Buscó a su musa y la encontró. Isabella Blow, que trabaja en Vogue. Toda su creación daba ya para una exposición de este tipo. Y yo que estaba allí. Respiré aire sofisticado. Mis pensamientos volaron alto. No podía ver lo que calzaba la gente. Claro me olvidé de Franciska Clausen. La dejé para otro día.
Después de mi visita a Trapholt decidí seguir en Dinamarca. La vida es eso. Sandalias por doquier y gente que se dedica de por vida a hacer maravillosos sombreros. Y todos tan contentos porque podemos vivir juntos. O sea. De sandalias y sombreros.

No comments: